El jamón es uno de los alimentos más apreciados y versátiles en la cocina española. Entre las diversas variedades de jamón disponibles, dos opciones bastante populares (aunque no tanto como el jamón serrano o el ibérico) son el lacón cocido y el jamón de York.
Si bien ambos son deliciosos, presentan diferencias significativas en términos de sabor, preparación y origen. Para conocer sus rasgos distintivos, vamos a ver una comparativa detallada entre estos dos exquisitos productos para ayudarte a comprender sus características únicas y seleccionar el más adecuado para tus preferencias culinarias.
Origen y proceso de elaboración
Lacón cocido
El lacón cocido, aunque es muy popular en todas las regiones españolas, se trata de un producto típico de la gastronomía gallega, donde incluso tienen una denominación de origen que certifica las piezas allí producidas.
Se obtiene de la pata delantera del cerdo, que se somete a un proceso de salazón y cocción lenta. Los productores de lacón se esmeran en utilizar cerdos de alta calidad y técnicas tradicionales para garantizar un sabor auténtico y delicioso.
Jamón de York
Por otro lado, el jamón de York se conoce también como jamón cocido o jamón dulce. Aunque su nombre puede recordar a su origen en York, Inglaterra, el jamón de York que se comercializa en España es similar al jamón cocido que se encuentra en muchos otros países.
Se produce a partir de la pata trasera del cerdo y se somete a un proceso de cocción y ahumado para realzar su sabor.
2. Sabor y textura
El lacón cocido se caracteriza por un sabor más intenso y jugoso en comparación con el jamón de York. La cocción lenta y la salazón le otorgan una textura más firme y una jugosidad que lo hace perfecto para ser disfrutado en rodajas finas con un chorrito de aceite de oliva virgen extra. Como curiosidad, es común encontrar variaciones regionales en su sabor, lo que agrega un toque interesante a este producto tradicional.
En cuanto al jamón de York, este tiene un sabor más suave y menos salado en comparación con el lacón cocido. Su textura es más tierna y delicada, lo que lo convierte en una excelente opción para bocadillos, sándwiches y ensaladas. Es un favorito entre los más pequeños y aquellos que prefieren un sabor más suave.
3. Uso culinario
Ambos productos son extremadamente versátiles y pueden ser utilizados en diversas preparaciones en la cocina. Algunas de las formas más comunes de disfrutarlos son:
Lacón cocido
Plato principal: Una buena pata de lacón cocido puede ser el protagonista en un plato principal acompañado de patatas cocidas, grelos y garbanzos, una tradicional comida gallega conocida como «lacón con grelos».
Tapa o aperitivo: Cortado en finas lonchas, el lacón cocido es perfecto para servir como tapa o aperitivo junto con pan y tomate triturado.
Ingredientes en sopas y guisos: Agregarlo en sopas o guisos aporta sabor y textura a las preparaciones.
Jamón de York
Bocadillos y sándwiches: El jamón de York es un ingrediente clásico en los bocadillos y sándwiches. Su sabor suave y textura delicada se complementan muy bien con otros ingredientes como queso, tomate y lechuga.
Ensaladas: Añadir tiras de jamón de York a una ensalada fresca agrega sabor y un toque de elegancia.
Pizza: ¿A quién no le gusta una pizza con jamón de York? Es un ingrediente popular que se suma a la deliciosa combinación de sabores.
4. Valor nutricional
En cuanto al valor nutricional se refiere, tanto el lacón cocido como el jamón de York son buenas fuentes de proteínas de alta calidad. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el contenido de sodio puede variar entre diferentes marcas y productos específicos.
Para aquellos que buscan opciones bajas en sodio, es recomendable revisar las etiquetas nutricionales y optar por productos con menor contenido de sal.